Emoción, abrazos, canciones e incluso lágrimas. El Estadio Victoria, ubicado al pie del Peñón de Gibraltar, fue el primer gran éxito de su selección nacional. Los llanitos empataron contra Liechtenstein y terminaron invictos (dos victorias y dos empates) en la segunda edición de la Liga de las Naciones, lo que les valió un histórico ascenso a la Liga C. "Es reconfortante ver cómo el trabajo que hemos hecho todos estos años está dando sus frutos", dice el malagueño José Carlos Gil (Manilva, 1983), asistente del uruguayo Juan Ribas en la selección nacional de Gibraltar. "Fuimos" el peor equipo del mundo ", pero estamos sentando las bases para un gran proyecto y hay razones por las que esto es solo el comienzo. »
Gil llegó a Gibraltar hace seis años, coincidiendo con la inclusión de su asociación de fútbol (GFA) en la UEFA. Después de terminar su carrera como jugador de fútbol sala, el hombre malagueño se unió al equipo nacional de fútbol sala como asistente, donde se convirtió en entrenador. Una posición que aún ocupa y que acumula con la de Asistente de Juan Ribas. "Me preparé en ambas áreas en caso de que surja una oportunidad", revela. Por lo tanto, José Carlos es testigo de todo lo que ha sucedido bajo la Roca desde que su Asociación de Fútbol fue aceptada por la UEFA (2013) y la FIFA (2016): "es difícil ver a jugadores del tamaño de Roy Chipolina llorando. Los primeros años de Gibraltar como equipo reconocido fueron muy duros. Hubo mucho esfuerzo y ninguna recompensa. Es por eso que esta promoción es tan bien merecida. «
La suerte también acompañó a Gibraltar desde el primer momento. El sorteo incluyó a los “llanitos” con Liechtenstein y San Marino en un grupo de tres, “lo que nos dio más posibilidades de éxito”. La selección de José Carlos Gil pudo cerrar su ascenso el pasado sábado, pero el empate (0-0) ante San Marino los obligó a marcar ante Liechtenstein (1-1). “Para que quede claro, ser el primero fue una utopía. Nuestro proyecto intenta crecer de abajo hacia arriba. Cada vez más futbolistas de Gibraltar están saliendo a jugar en el extranjero, pero el equipo nacional todavía está formado principalmente por futbolistas semiprofesionales. Se dedican al fútbol por pasión, pero tienen otro trabajo, ahí es donde se ganan su pan de cada día", dice Gil.
El español se considera "una esponja" ,sobre todo porque trabaja junto a un entrenador "top "como el uruguayo Juan Ribas:" es el arquitecto del equipo de Gibraltar estando donde está. Él fue capaz de cambiar la mentalidad de los jugadores. que nunca habían logrado resultados positivos. Solo tengo palabras de agradecimiento por él. Trato de absorber su sabiduría y experiencia, porque trabajar con él es un precio." José Carlos Gil, conocido en términos futbolísticos como Gury, ahora afronta una nueva etapa en la que su próximo rival en la liga de Naciones podría ser Serbia, Grecia, Bulgaria o Irlanda del Norte. "Queremos crecer y no lo vamos a lograr solo buscando resultados. Queremos ganar experiencia y reducir distancias de países que han estado compitiendo durante más años que nosotros. Para progresar, tenemos que enfrentar a los mejores del mundo ", dice.
